jueves, 30 de septiembre de 2010

Grito en lisboa

el pasado fin de semana en lisboa, veo esto en una pared


                               "El capitalismo no se reforma, se destruye" 

Y me quedo pensado hacia dónde vamos. Todos los que estamos remando en el área económica sabemos que el capitalismo tiene que rediseñarse. Su falta de límites y única visión de rentabilidad nos ha llevado a esta crisis mundial. Yo creo en un capitalismo cuidadoso y responsable en el que se fusionan las mejores mentes del capitalismo con los mejores corazones del altruismo. También quiero como el portugués destruir lo peor de cada cosa.

Los últimos años oímos contínuamente que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) no está aquí para quedarse, oímos y vemos que es marketing para aumentar las ventas. Y si algunas iban en serio, la reducción presupuestaria "impuesta" por la crisis, ha pospuesto muchos proyectos maravillosos. Esta actitud pone en cuestión la misión ambiciosa y sólida de estas unidades -y sus empresas- para mejorar el mundo, convirtiéndose sólo en una praxis interesante para salvaguardar los intereses de los empleados y cuidar que los procesos sean sostenibles con el medio ambiente. Y si los consumidores y ciudadanos dejamos de creer en la RSC, poco sentido tendrá que sigan gastando dinero en ello.

Ya sabéis que yo apuesto por el social entrepreneurship, aunque acaba de nacer, creo que este sí ha venido para quedarse. Ahora mismo es una de las áreas ecónomicas de mayor crecimiento en todo el mundo y su influencia sobre gobiernos, ciudadanos y empresas es incuestionable. Este sí, puede llevarnos a reformar el Capitalismo.

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