Hace diez años el concepto de emprendedor social era prácticamente desconocido. Más aun, la idea de misión social que actuara de modo empresarial generando dinero era inconcebible, algo prohibido. Pensaban que estropearían su ética cívica, que reducirían los valores humanos a un análisis de coste/beneficio.
Hay muchas personas que critican o ponen en cuestión el emprendimiento social porque consideran que no se debería ganar dinero con los pobres y desfavorecidos, e incluso hay quien considera que es mejor darles directamente dinero. Pero otros, y cada dia somos más, pensamos que dar dinero no genera futuro ni iniciativa, sino más bien clientismo y dependencia. Durante esta última década, la corriente de pensamiento ha evolucionado considerablemente pasando de un modelo de economía social caritativo a un modelo comercial. Pioneros como C. K. Prahalad, Bill Drayton, David Bornstein, Muhammad Yunus, Klaus Schwab o Jeff Skoll son algunos de los que han abierto el camino.
Hay muchas personas que critican o ponen en cuestión el emprendimiento social porque consideran que no se debería ganar dinero con los pobres y desfavorecidos, e incluso hay quien considera que es mejor darles directamente dinero. Pero otros, y cada dia somos más, pensamos que dar dinero no genera futuro ni iniciativa, sino más bien clientismo y dependencia. Durante esta última década, la corriente de pensamiento ha evolucionado considerablemente pasando de un modelo de economía social caritativo a un modelo comercial. Pioneros como C. K. Prahalad, Bill Drayton, David Bornstein, Muhammad Yunus, Klaus Schwab o Jeff Skoll son algunos de los que han abierto el camino.
La fusión entre ambas disciplinas se mide ahora en miles de empresas en todo el mundo que han entendido que se pueden obtener resultados sociales extraordinarios dando beneficios. Teach for all, Lifestraw, VisionSpiring o DC Central Kitchen son sólo algunos ejemplos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario