Las últimas semanas el sector de la innovación social y el
emprendimiento social en Catalunya y España se ha definido un poquito más. Por una parte, ESADE comunicaba el "vehículo de
inversión" que ha creado junto a BBVA para financiar a los mejores
"emprendimientos sociales" del programa
Momentum Project. Y por otra, se anunciaba el
Programa de Suport a l'Emprenedoria Social promovido por el
departamento d’Empresa i Ocupació de la Generalitat.
Varios comentarios al respecto de estas jornadas.
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Todavía hay gente tratando de proteger la
entrada de nuevos emprendedores que ven una oportunidad en el sector social.
"Los emprendedores que vienen a este sector porque está de moda no son
emprendedores sociales", escuché en ambas jornadas. Y digo yo, ¿no os
parece absurdo limitar la entrada de personas tratando de resolver problemas
sociales? Pero esas mismas personas sí consideraban correcto que las
organizaciones sin ánimo de lucro adopten formas empresariales híbridas para
sobrevivir.
Por su parte, el tándem La Caixa-IESE
aplaudía justo lo contrario: un 15% de las solicitudes a su programa de acompañamiento a empresas sociales eran entidades reinventándose encontrando en la empresa
social una salida a su crisis.
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Me pareció muy interesante la pregunta de si se
pueden considerar emprendimientos sociales a las finalistas del programa
Momentum de ESADE, casi todas empresas de inserción con más de diez años de historia. ¿No es
un emprendimiento la fase inicial de una empresa, 1-3 años? La respuesta no
podía ser otra que “en este sentido yo desmitificaría un poco esto del
emprendedor”. Y otra pregunta que lanzo
yo, ¿son las empresas de la economía social en necesidad de innovar o morir las
que mejoran abanderan el movimiento del emprendimiento social? ¿No deberían caracterizarse estas referencias por liderar la innovación
social, no depender de fondos ni subvenciones, demostrar un alto potencial de
crecimiento y atractivo de réplica u por cuestionar el estatus quo para cambiar
los problemas sociales? ¿Es la teoría del cambio de estas organizaciones la que el sector internacional aplaude?
Momentum Project 2012 amplía el plazo de inscripción a finales de febrero para atraer y hacer visible al mayor número posible de emprendimientos sociales de España que hayan demostrado ser viables y ayudarles a crecer para que sirvan de ejemplo e inspiración al resto de la sociedad
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Me gustó mucho la propuesta de Mathieu Carenzo
(IESE) acerca de sustituir la todavía mal vista terminología de empresario o
emprendedor por la de “job creators”,
creadores de empleo. Y su matiz de que los agentes de cambio son los
emprendedores sociales y no las instituciones del ecosistema.
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Por su parte, el primer Programa de Suport a
l’Emprenedoria social se acaba tal y como se había definido. En el 2012, el equipo del departamento de
Empresa i Ocupació creará alianzas con escuelas de negocio, financiadores y
consultoras con las que buscará opciones para seguir acompañando y ayudando a
los emprendedores sociales.
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Aunque me disgusta que ESADE y BBVA hayan creado
un vehículo de financiación sin ánimo de lucro (S.L, 3M€, 7 participadas, 8
años, préstamos blandos en condiciones de mercado y fuera de mercado, sin
garantías ni comisiones de apertura), pienso que es el más adecuado para la
tipología de “empresas sociales” seleccionadas por el programa Momentum:
empresas de impacto social limitado, de baja innovación y de bajo potencial de
crecimiento.
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Aplaudo que hasta 2015 estén comprometidos 15M€
para el sector por parte del BBVA. Mencionaba la responsable de Acción Social
de BBVA, que si este vehículo va bien, se abrirá uno nuevo en cada edición de
Momentum (anual), y se expandirá a Latinoamérica. El sector está madurando, dando entrada a nuevo talento así que ojalá las empresas sociales seleccionadas por Momentum en las próximas ediciones sean más innovadoras, emprendedoras y tengan un alto potencial de crecimiento.
Por su parte
Ashoka sigue buscando emprendedores sociales
para liderar cambios sociales globales.